Es una contracción sostenida e involuntaria de algunas fibras o fascículos musculares, en la que no existe lesión anatómica. Algunas causas que la provoquen son: Posturas forzadas o incorrectas, fatiga muscular crónica, traumatismo o contusión, fracturas óseas, secundariamente a luxaciones, esguinces o roturas fibrilares, errores en el entrenamiento, como la ausencia de un calentamiento adecuado o insuficiente, etc.